Gramófonos de maleta
Los gramófonos fueron, en su momento, los primeros dispositivos de grabación y reproducción que utilizaron discos planos. De hecho, gozaron de un éxito sin precedentes entre 1890 y 1950, aproximadamente. Fueron inventados por Emile Berliner en 1887 y su adiós vino de la mano de los discos de vinilo de 33 revoluciones por minuto. Sin embargo, su belleza estética y su peculiaridad sonora hicieron que se convirtieran en piezas de coleccionista. Hoy en día, un gramófono de maleta es un elemento especialmente codiciado.
Características de un gramófono de maleta
Los gramófonos de maleta son, fundamentalmente, gramófonos convencionales que se fijaban al interior de una maleta similar a las utilizadas para viajar y que permitían transportarlos cómodamente de un lugar a otro. De hecho, están considerados como los primeros reproductores de música portátiles de la historia.
Al igual que los gramófonos convencionales, los gramófonos de maleta están formados por cuatro partes:
1. Plato giratorio: el soporte que sujeta el disco.
2. Pastillas: elementos que captan las vibraciones y las convierten en impulsos eléctricos que pueden proyectarse y amplificarse.
3. Aguja: el elemento de conexión entre el gramófono y el disco.
4. Brazo: la parte que sujeta la aguja y las pastillas.
Marcas y precios de gramófonos de maleta
Hoy en día, muchas marcas han aprovechado el tirón de lo retro y comercializan gramófonos de maleta a un precio asumible. Este es el caso, por ejemplo, de las firmas Santiago Pons, Lauson o Quay. Los modelos más básicos tienen un valor que ronda los 80 €, si bien es cierto que, si buscas una gama superior, este puede superar los 250 € fácilmente.
En definitiva, cualquier gramófono de maleta sigue cautivándonos a pesar de que hace décadas que prácticamente quedaron descatalogados y anticuados. Sin embargo, poseen un encanto único y un toque antiguo maravilloso que hace que muchos los quieran mostrar en su salón.